En el fondo de mi alma hay un diamante sin dueña.
Un carbón que de tanto esperar se volvió.
El río, el viento, el tiempo sin dueña. Cambiaron al duro y lustraron el mate.
Cuánto tiempo tenga que esperar en esta oscuridad de dónde mi dueña me cobré, valdrá la espera.
En el hondo eco de mi alma, solo hay un brillo para una bella.
Abriéndose caminos radiante anda la que se apoderara de mi.
A sabiendas que mi gema es su alma gemela.
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