Sentada en la esquina soleando sus pantorrillas de crema, la dama en su indiscreción espera.
Paciencia enmascarada es el torbellino de nuestra primerísima.
Coqueta asta el fin es una hembra ejemplar.
Dueña del oxígeno en su entorno, la nuestra es hermosura viva.
Ella tramó un trato con un tipo, de esos cobardes que se dedican a robar corazones.
Reto al rondezvous amoroso al cobarde sin espuelas.
Esquina parisina dueña de amores encontrados conoces tu los próximos pasos, de nuestros protagonistas.
Inquieta la bella reconoce que se atrevió al atropello de su alma en esta aventura.
Mejillas rosadas en su piel pálida dan a entender, que bajo de esta flor compuesta hay un remolino que se lanzó sin lanza.
De la bella se apoderó el deseo a la aventura.
Y ahora en la hora de consumir su pecado le palpita el pecho acelerado.
La intriga se la traga.
Aparecerá el cobarde en la esquina que no perdona pecados?
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