En el parque Lenin hay una Africana que me espera. No sabe mi nombre ni conoce mi apellido pero yo la añoro. Le dicen que soy un gusano pero en sí soy su paisano. La mente me la trae cuando sierro los ojos. Me despierto sin aliento y palpitando, desesperado por mi mulata. Labios de pirulí caramelado, su perfil montañoso que acariciar provoca. Y yo aquí tan lejos de sus curvas tentadoras. Como polizón en las alas de un gorrión sueño regresar a mi Africana que en el parque Lenin me espera. Si la divisas cuéntale de mi, I dile que la distancia duele.
No comments:
Post a Comment