La vida está compuesta de capítulos, etapas de miseria y primaveras de tesoros.
Lo que te llevas es lo exorbitante, dicen los dueños del saber.
Jamás me había conocido en este capítulo, lentamente me descubro.
Jamás me hubiera imaginado los pétalos que la vida hoy me regala, ni en mi más dulce sueño.
En el entronque de mi madures soy dueño del aire que con autoridad respiro.
Ya para estos años he conocido estrellas fugas y bailarinas mágicas.
Me imaginaba que la vida era dulce, hoy lo confirmó.
La madurez me habré los ojos a lo que aunque serca nunca veía. La madurez me permite paciencia para desahogar deseos y ahogar caprichos.
Hoy entiendo la diferencia entre un reflejo y una reflexión. Hoy me veo en las letras que se ven en mi.
Esta cara nueva no es cara nueva, sino la misma que con ojos profundos ve las páginas convertirse en capítulos...
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