Ayer me encontré en la capilla de la iglesia del Groto de Lurdes minutos antes que empezara la misa, me senté porque estaba cansado y tenía frío.
No tenía intenciones de participar en la misa pero me acomode, el tiempo pasó y la misa empezó.
Me decía no vas a entender nada estas perdiendo tu tiempo vámonos.
No se sí por pena o algo más poderoso pero me quede clavado ahí.
La misa comenzó y como había esperado la barrera del idioma hizo su presencia, pero lentamente empece a palpar lo que estaba pasando.
Cuando nos dimos La Paz de Cristo yo se las di en mi castellano y ellos a mi en la lengua de Napoleón.
Me imagino que mi experiencia debe haber sido parecida a la de un ciego que utiliza sus otros sentidos más profundamente.
Este servicio dejo en mi cien la claridad que mi religión es universal y que nuestra cultura aunque abecés creemos de pueblo en pueblo tan diferente es más similar de lo que con todos nuestros sentidos percibimos.
Me trajo cansado y friolento y me despidió con el calor de la humanidad.
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