No me respondas, deja que las alas de mi pensar, veloz anden por el bosque, enamorado.
La brava marea de mi corazón, nunca dejara de hervir.
El palpitar ruidoso de mi reloj sin manos, rugirá al compás de mil tigres azules.
Si vació de respuestas vive el vino en madera Y se tiñe lentamente, cobrando sabor. Yo también.
Aquí, ahí, donde sea y donde voz desees, me encontrarás a la espera.
Aferrado a este clavo caliente que dócilmente acaricio.
Tu respuesta........
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