Tócame y no me mires, si me miras perderás el corazón.
Desencadena tu deseo de mi pellejo, protégete, si te atreves quedaras.
Soy llovizna pasajera en el árido desierto de tú vida, no el manantial que anhelas.
No te rindas a los impulsos, hazte fuerte frente la lluvia, por mucho que codicies humedad.
Tu deseo será el fin de tu deber...
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