Saturday, October 29, 2016

Azul

Se llama, todas las huellas de mi mano acariciando su cuerpo, yo la llamo mía, y ella me llama carne.

Rastreando mis letras encontró su nuevo tatuaje, al instante eche mi corazón al fuego, y estrené uno nuevo. 

La seduje hasta cobrarle el azul de sus venas, y el rojo de sus labios. 

Calle mis palpitaciones al escuchar su lengua foránea y doblegue mis dedos a surcar sus costillas. 

Ella seguía murmurando en su jerigonza mientras yo clavaba mis espuelas en su porvenir. 

Me miró con cara de terremoto y yo la salude con hambre de hembra. 

Se despidió de mi con su lengua entre mis labios, y yo le dije adiós, con un suspiro de nunca más. 

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