Repito la misma canción, hasta quedar mareado, deseando que la melodía coja cuerpo.
Juro que el ritmo me conmueve a cruzar de lo que veo a lo que enloquece.
Cuando coja cuerpo mi melodía la llevare de la mano a los rincones de mi alma.
Y ahí haré de su cuerpo el altar donde se extinguen mis deseos.
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