El dolor me ahogaba, ahora solo me agobia.
Sus intenciones funestas eran aniquilarme. Gracias a la ayuda de amigos con padecimiento parecido, escapo cada día más de la cueva. El cariño humano es el sentimiento más noble. Se extiende cuando no se entiende, nada más que el idioma del dolor. El abrazo fuerte y sincero penetra y perturba los planes del mal parido. Y en su lugar queda el triunfo del bien sobre el mal.
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