Perdí lo que no aposté en el juego, y hoy hago de tripas corazón.
El desamor entró por la puerta y pisoteó mi corazón en polvo. La leña dejó de arder y la hoguera se rindió.
Derrame gotas de sangre y me trague buches de hiel, pero sigo borracho con su olor.
Si despierto destrípenme para que desaparezca de mi el dolor de su ausencia.
Cáusenme a cruzar eternidades en el abandono de su abandonó.
Que me duela la herida abierta por su adiós...