Te debo un poema pero tu insistes en venderme reflejos.
Ya sabes que para mi no hay sabor mas que el derretido tuyo.
No temas mis labios, ellos no han mordido tulipán silvestre, ni han desangrado rosa salvaje.
Témele al vicio de no dejarme.
Déjate erizar por la ola de mi frescura y arrepiéntete de callar latidos bajo la seda.
Vive, viva, valiente......